La constante subida del precio de la energía eléctrica, dado el aumento del coste a la hora de producirla y de materias primas necesarias para ello, hace que se ponga el foco cada vez más en las renovables, como la energía solar fotovoltaica. Sin embargo, a pesar de que sus costes se rebajan y se hacen más rentables, este tipo de instalaciones no siempre se ven con buenos ojos cuando se trata de grandes infraestructuras que ocupan varias hectáreas.
En Icarialand, una empresa dedicada a la producción, investigación y desarrollo de energías renovables entienden estas reticencias, dado el impacto visual sobre el paisaje y sobre el medio ambiente que pueden tener los grandes parques solares. “Se han hecho proyectos para ocupar cientos de hectáreas de forma exclusiva con placas solares y eso tiene una afectación sobre el territorio muy grande. Y si sólo se utilizan fincas rurales para poner placas solares el empobrecimiento medioambiental del territorio es grave”, explica el gerente, Félix Gil Sánchez.
Por ello, el modelo de esta empresa se centra en trabajar en pequeñas instalaciones, buscando innovar a la hora de aprovechar la luz solar. De hecho, fruto de anteriores investigaciones son sus “seguidores solares”, desarrollados hace más de una década junto con el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), que consigue que las placas se vayan moviendo para recibir más luz solar, como si fueran girasoles.
Ahora, en Icarialand quieren dar un paso más allá para hacer compatible las instalaciones fotovoltaicas en entornos rurales. Así, se han puesto en contacto con el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial de España y el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) para trabajar en la instalación de placas solares en olivares, en cultivos donde los árboles están distanciados entre sí. “Creemos que es bastante factible dar un doble uso de esas fincas: que tengan su producción olivarera normal y también tengan su producción solar”, apunta Gil Sánchez.
Ayudas con ADR-Nororma para seguir creciendo
Dedicados a la producción de energía solar desde 2004, Icarialand cuenta actualmente con la aprobación de la ADR-Nororma para subvencionar un proyecto de ampliación de su instalación fotovoltaica en el término municipal de Cuevas Bajas. Por el momento tienen un huerto solar con una potencia de 30 kilovatios (kw) y están pendientes de finalizar unos trámites relativos al punto de conexión, para poner en marcha una anterior ampliación iniciada en 2017 y aprobada en 2020, con otro medio centenar de kilovatios. Y a ello habría que sumar 200 kw más, correspondientes con el proyecto presentado a la asociación para sufragarse con fondos europeos de desarrollo local (LEADER), de la convocatoria de 2020.
En Icarialand tienen claro que mientras no se lleven a cabo grandes instalaciones -defienden que como máximo deben ser de 5 megavatios (Mw), ocupando unas 7 hectáreas- no hay una afectación grave paisajística ni sobre el medio ambiente del lugar que ocupen. En cambio, los pequeños huertos solares pueden ayudar a las áreas rurales a tener otros recursos adicionales: “No hay que olvidar que el desarrollo de las tareas ganaderas y agrícolas exigen la aportación de energía a gran escala. Y ahora son muy contaminantes. Si por el contrario pudieran tener instalaciones con una energía limpia, estaríamos haciendo del campo un lugar mucho más amable y silencioso”.